viernes, 10 de abril de 2009

Segundo encuentro

Era surrealista escribir esto, pero no podía hacer otra cosa. No quería estudiar, no podía salir y tenía muy mal cuerpo. Hacedme caso si algún día leéis esto que escribo, no bebáis.
Había escrito mi sueño, no, no había sido un sueño, cuando me había despertado su olor me confirmó que no era un seño, el había estado allí. Necesitaba verlo, dónde estaba, se había hecho de noche y en aquel parque hacia mucho frio, su cuerpo ya no me calentaba, porqué había escapado de mi?
Que pasaba, no era guapa, se había dado cuanta de cómo era, de que no era su prototipo de chica guapa, que había pasado. El simplemente me había dejado allí en aquel parque.
Pero qué hora era! No podía ser, había pasado mucho tiempo y desde que mi cuello se había acercado a él no recuerdo nada.
No me había hecho nada, lo sabia.
Me levante y camine y seguí caminando, lloraba y la gente me miraba, llevaba las gafas de sol puestas, todavía más miradas.
Necesitaba llegar a casa de mi abuela y meterme en la cama, coger chocolate y llorar bajo las sabanas.
Había conocido al chico de mi vida, o por lo menos al chico que ocupaba e iba a ocupar mi mente es estos días, meses e incluso años. Había sentido algo especial con él, una conexión, y él se había marchado sin más.
Pero mis planes de ahogarme llorando y comiendo chocolate se truncaron al ver al grupo de chicos que conocía desde hacia poco. En realidad me encantaban, eran simpáticos, a mis ojos me trataban bien y no sé, por una vez me hacia ilusión eso de llevarme bien con un tío. Nunca me había llevado bien con ellos.
Bueno continuemos, en fin, mi plan quedaba descartado, me iba con ellos por ahí, no podía resistirme a decir que no, yo me apuntaba a todo, asi que cogi y me fui con ellos, me pegue a pablo, el chico que mejor me caía, era un encanto, es más hasta creo q podría gustarme y todo.
Estaba encantada, o eso pensaba yo, olvidando mis penas y haciendo como que nada había pasado. Reía, bailaba e intentaba que alguno de ellos también lo hicieran, pero no era tarea fácil. En una de mis vueltas escuché un solo sonido.
“Bailemos”
Había vuelto a entrar en trance, ohh no! Ya volvía a no contralas mi cuerpo, ni mis actos ni nada, solo podía dejarme llevar por el sonido de la música y sus manos guiándome.
Esa canción no se bailaba así o si. Me encantaba, que hacían poniendo esa canción en aquel lugar, pero me daba igual. Estaba bailando otra vez con él, estaba en sus brazos de nuevo.
Como decía la canción, yo sólo esperaba, yo sólo lo esperaba a él, sus brazos, su olor, mi imán.
Él era mi imán, no quería nunca más separarme de él. Bailaba y bailaba, giraba y giraba, reía y reía, desenado y casi rezando para que no volviese a irse. No quería imaginar que esto se iba a acabar, solo quería que no parase la canción ni el de moverse contra mí.
En medio de la bruma que nublaba mi mente vi la cara de ellos.
“Jajajajajajajajajjajaja”
Ese fue mi pensamiento interior y el acto que realizo mis labios. Reírme de la cara que estaban poniendo al verme. Lo flipaban para que vamos a engañarnos. Pero yo estaba en mi nube particular mientras estaba bailando.
Ahora la música cambiaba, mi canción lenta pasaba a una con ritmo y para la cual no sabía cómo reaccionaría mi pareja. Se alejaría y volvería a irse o por el contrario se acercaría más a mí y bailaríamos todavía más pegados ese ritmo que se metía por el cuerpo y me impulsaba apegarme más a él y a querer sentirlo lo más cerca de mí.
Se acercaba, eso parecía, no podía desperdiciar estos momentos, si una cosa tenía clara era que debía que atarlo con esta canción.
“Así, acércate, no te voy a morder”.
Eso salió de mis labios, estaba ebria, ebria de su olor, y para que engañarnos también de algo que había bebido para intentar olvidarlo.
Y eso pasó, nos acercamos, me movía, subía y bajaba y no dejaba de mover mi cuerpo y él me seguía. Daba gusto tener una pareja de baile así.
Éramos la única pareja bailando del local, bueno la única no, pero si la única que se movía de esa manera. No se sabía donde empezábamos o terminábamos.
“No pares”
El cambio de canción había llegado y él no quería parar de bailar, así que parecía que después de todo una si tenía sus encantos.
El imán seguía llamándome, mi cuello quería sus labios. Su respuesta a mis deseos no expresados fue esa. Tenía unos labios suaves y calientes y yo me iba derretir allí mismo entre él, sus labios en mi cuello, esa música y nuestro baile.
La canción se termino y salí de mi ensueño.
"¿Quién eres?"
Esa fue nuestra doble pregunta, ambos queríamos saber quiénes éramos.
"Quien tú quieras que sea"
Esa fue su respuesta, podía ser Juan, Pedro o cualquiera que yo soñase, el era mi príncipe privado.
"¿Y cómo te agrego entonces al tuenti?"
Esa fue mi absurda respuesta. Le había dicho que si , no no iba poder agregarlo al tuenti, ay no!Como decía mi amiga Cristina yo no tenía luces, y como otra amiga muy loca me decía, hoy yo tenía menos luces que la moto de un gitano, como he dicho, Marian está muy loca.El punto era que yo le había soltado eso en vez de decirle que quería saber su nombre para poder llamarlo, pronunciarlo, susurrarlo a su oído en voz baja o por el contrario gritarlo a los cuatro vientos.Pero no, yo le había dicho lo del tuenti…. Mal!! Una tumba quería, una piedra donde poder meterme.Pero el solo me miro y me sonrió, como si hubiese escuchado mi discusión interna y se estuviese riendo, a veces me parecía que él podía leerme el pensamiento y eso no me gusto, no quería que supiese lo loca que estaba ni lo que él producía en mi.Volvió a reírse.
"Es un secreto, yo no sé tu nombre y tú no sabes el mío."
Ese juego me pareció excitante pero a la vez me hizo pensar en que tal vez el se avergonzaba de mi o que era lo que pasaba, no quería que supiese mi nombre ni nada, pero en esos momentos escuche a mi amiga Cristina y su frase dirigida hacia poco tiempo a mi“no te emparanoies, deja de darle vueltas que sólo la lías más”Así que decidí que no me importaba, porque lo importante era estos momentos de locura y porque no, si sucedía, también de desenfreno.
Pero no podía involucrarme, la historia era vieja, piensas que todo va bien y luego todo es una mierda, la gente dice que hay futuro, te haces ilusiones, te enamoras y luego paff batacazo y te da una guanta la realidad, un bofetón y despiertas de la realidad. Y no es amor.
Mejor no pensar y solo actuar, como mi voz interna, que era más bien la de Cristina, me decía, tiempo al tiempo.Otra canción sonaba, volvimos a agarrarnos y a dejar de pensar, en mi caso, dejándonos llevar por pignoise y una de sus canciones que hacía tiempo que no escuchaba. Solo eso, tener una oportunidad como decía la letra, una oportunidad para demostrarle quién y cómo era.Era un comienzo desde cero y tenía que aprovecharlo, además, éramos sólo dos extraños que bailaban en un pub lleno de gente y que no sabían sus nombres ni les importaban, solo mecían sus cuerpos al ritmo de la música, bailaban.
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A la izquierda y luego a la derecha, nos mecíamos como dos juncos al viento, y no me importaba quien era ella.Sólo sabía que había salido de aquel parque, no recordaba porque estaba con esa chica allí, abrazado, había salido de allí corriendo. Qué hacía allí? Quién era ella? Solo recordaba haberme sentado en su mesa, cantar con ella y su olor, eso impregnaba mis sentidos, su olor, su aroma, su sabor, el sabor de su cuello y después paff, ya no recordaba nada.Había corrido y en eso mi móvil comenzó a sonar cantando una de mis canciones preferidas.-Eehh tío, vámonos por ahí de fiesta.--Claro.¿Dónde quedamos?--Donde siempre,¿cuando te viene bien?--Estoy allí en nada así que me da igual.--Corre vente que estamos allí.-Así que de fiesta, no era ningún mal plan, a ver si así ligaba y me olvidaba de la chica esa, que loca por dios.Y allá que nos fuimos y conseguimos un huequecito en el Realejo donde nos podíamos mover y bailar si se presentaba la ocasión o hacer un pasillo para que pasasen las tías y poder inspeccionarlas al detalle.No solía venir a ese lugar, primero porque era un lugar de pijos que no me molaba y segundo porque la música no era que me gustase mucho.Llevábamos allí casi una hora cuando la loca apareció allí. Qué narices hacía ella aquí!La verdad es que no sabía porque pero estaba encantado de que ella también hubiese venido, pero, me reconocería y es más, se acercaría? Pero al momento vi algo que no me gustó, quién eran los tíos con los que iba?Ella sola y un grupo tíos. Sus caras me sonaban pero no sabían quiénes eran, supongo que sus amigos.Me dedique a contemplarla en la lejanía, sus intentos porque bailaran y me percaté de que solo conocía o tenía confianza con una parte del grupo. También vi sus intentos por sacar a uno de los tíos, que se veían más que frustrados, el tío no bailaba ni de coña, pero ella seguía y seguía intentándolo.Ostias!Lo había conseguido, el tipo del polo y el flequillo estaba bailando. Que pijorro era!Tenía que acercarme o acercarme a ella, mi cuerpo no me dejaba opciones. En eso la escuché hablar.-Ves pablo, no es tan difícil! Venga Adri, anímate, no acepto un no por respuesta.--Joder no! No se bailar esto!--No, no y no! A bailar y punto--Ves!! Lo haces muy bien--Jajajajajajajajajajja--De que te ríes ehh!!- Ese era el tal pablo hablando-De tus movimientos de cabeza para apartar el flequillo entre paso y paso de baile.--Pues que sepas que mis movimientos son la ostia.- Respondió el tío en tono muy serioEn eso yo estaba más que cerca de ella y sus amigos y podía escuchar a las mil maravillas toda la conversación. En esos momentos le dijeBailemosY así comenzamos a bailar, ella se soltó del otro tío y se acarro de mí y sin más, como en trance comenzamos a bailar una canción lenta sin hablar ni nada, solo nos movíamos.Al rato cambiaron la canción por otra, esto como demonios se baila sin hacer el ridículo, esa fue mi duda interna al ver que comenzaba una canción de reggaetón a sonar por los altavoces el lugar y un tío comenzaba cantar que no sé quién tenía un cuerpo brutal o no sé qué. Que chorradas de canción se inventaban.Bueno pues al parecer era muy fácil, porque me pegue a ella y comenzamos a movernos, o como se llame a eso, porque nos movíamos como uno solo, alguno de mis amigos habría dicho que nos restregábamos, pero no me importaba la terminología, solo concentrarme en el movimiento de sus caderas y el calor que desprendía nuestro baile.Y seguimos bailando al ritmo de la canción que ahora me encantaba y no quería que terminase nunca. No quería dejar de sentirla apoyada en mi ni sus movimientos y los míos tan unidos, tan compenetrados, creo que éramos una buena pareja porque la gente nos miraba. Volvieron cambiar de canción, esta vez era una moñas que a la chica pareció que le encantaba y se separo de mí.Joder no! Con lo bien que estábamos"¿Cómo te llamas?"Esa fue su pregunta, y yo que le decía, mi verdadero nombre, le mentía o que, y no sé porque le respondí."El que tú quieras."Su respuesta me hizo muchísima gracia"¿Y entonces como te agrego al tuenti?"Todos estábamos enganchados al dichoso tuenti, todos y todos, todo el mundo lo tenía y siempre que conocías a alguien siempre acababas preguntando, tienes tuenti, luego te agrego o lo que sea. Era una fuente de información permanente y como decía un amigo mío, si querías enterarte de su la tía buena A, tenia novio o si la tía buena B conocía a alguno de tus amigos, sólo tenías que meterte en él. Por eso me hizo tanta gracia su pregunta.Y otra vez mi mente sola respondió por mí."Es un secreto, así yo no sé tu nombre y tú no sabes le mío."Menuda respuesta le había dado, por unos momentos me pareció que no le hacía nada de gracia lo que yo le había dicho, su cara había parecido un poema, pero no es que como ella pensaba yo me avergonzase de ella, era sólo que como ella estaba pensando así sería más excitante. Nadie sabía nada, sólo dos extraños sin nombre ni nada, sólo dos personas anónimas que se encontraban siempre."No te empanoies", escuche en su cabeza, que sabía era su amiga Cristina, ese junto con el “tiempo al tiempo” eran obra de una de sus amigas o eso parecía por lo que podía ver y leer en ella y en el color de sus pensamientos, rosa, la quería.Volvimos a pararnos y sin más pausa sonaba ya pignoise y una de sus canciones salía por los altavoces del Realejo.Y así volvimos a dejarnos llevar por la música que era, no sé porque, algo constante en nuestros encuentros, siempre presente y siempre nublando nuestros pensamientos y conciencia con sus acordes, para que sólo nos dejásemos llevar por ella y nuestros verdaderos impulsos.

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